1964, la aparición del IBM 360 marca el comienzo de la tercera
generación. Las placas de circuito impreso con múltiples
componentes pasan a ser reemplazadas por los circuitos
integrados. Estos elementos son unas plaquitas de silicio llamadas
chips, sobre cuya superficie se depositan por medios especiales
unas impurezas que hacen las funciones de diversos componentes
electrónicos. Esto representa un gran avance en cuanto a velocidad
y, en especial, en cuanto a reducción de tamaño. En un chip de
silicio no mayor que un centímetro cuadrado caben 64.000 bits de
información. En núcleos de ferrita esa capacidad de memoria puede
requerir cerca de un litro en volumen.
Investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), de la Corporación Rand y del
Laboratorio Nacional de Física de la Gran Bretaña, presentaron simultáneamente soluciones a
lo propuesto por las Fuerzas Armadas norteamericanas. Y ese mismo año la Fuerza Aérea le
asignó un contrato a la Corporación RAND para la llamada “red descentralizada”. Ese proyecto
fracasó después de muchos intentos y nunca fue realizado, pero la idea de una red que no
dependiese de un solo punto central y con la transferencia de datos por paquete se quedó
anclada en la cabeza de muchas personas.
Paul Baran, quien por ese entonces trabajaba con Rand Corporation, fue uno de los primeros
en publicar en Data Communications Networks sus conclusiones en forma casi simultánea con
la publicación de la tesis de Kleinrock sobre teoría de líneas de espera. Diseñó una red de
comunicaciones que utilizaba computadores y no tenía núcleo ni gobierno central. Además,
asumía que todas las uniones que conectaban las redes eran altamente desconfiables.
El sistema de Baran era algo así como una oficina de correos diseñada por un loco, que
trabajaba con un esquema que partía los mensajes en pequeños pedazos y los metía en sobres
electrónicos, llamados "paquetes", cada uno con la dirección del remitente y del destinatario.
Los paquetes se lanzaban al seno de una red de computadores interconectados, donde
rebotaban de uno a otro hasta llegar a su punto de destino, en el cual se juntaban nuevamente
para recomponer el mensaje total. Si alguno de los paquetes se perdía o se alteraba (y se
suponía que algunos se habrían de dislocar),
no era problema, pues se volvían a enviar.
1966, la organización científica ARPA se
decidió a conectar sus propios computadores
a la red propuesta por Baran, tomando
nuevamente
la
idea
de
la
red
descentralizada. A finales de 1969 ya
estaban conectados a la red ARPA los
primeros cuatro computadores, y tres años
más tarde ya eran 40. En aquellos tiempos
era, sin embargo, la red propia de ARPA. En
los años siguientes la red fue llamada
ARPANET (red ARPA), y su uso era
netamente militar.
Un grupo de investigadores de los Laboratorios Bell (hoy AT&T) desarrolló un sistema operativo
experimental llamado Multics (Información multiplexada y Sistema de Computación) para usar
con un computador General Electric.
Los laboratorios Bell abandonaron el proyecto, pero en 1969, Ken Thompson, uno de los investigadores del Multics, diseñó un juego para dicho
computador, que simulaba el sistema solar y una nave espacial. Con la ayuda de Dennis
Ritchie, Thompson volvió a escribirlo, ahora para un computador DEC (Digital Equipment
Corporation), aprovechando que, junto con Ritchie había creado también un sistema operativo
multitarea, con sistema de archivos, intérprete de órdenes y algunas utilidades para el
computador DEC. Se le llamó UNICS (Información Uniplexada y Sistema de Computación) y
podía soportar dos usuarios simultáneamente.
En 1970 se renombró Unix. Fue un sistema
operativo bueno y seguro, pero su licencia de uso era muy costosa, lo cual lo ponía fuera del
alcance de muchas personas. Esto motivaría luego la creación del Proyecto GNU para el
desarrollo de software libre.
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